21.2.07

PERU: "En nuestras escuelas sí se involucra al maestro"

Juan Cuquerella SJ. de "Fé y Alegría"
Diario El Comercio-Perú. Domingo, 18 de febrero de 2007
Por: Entrevista de Francisco Tumi

El Director Nacional de Fe y Alegría advierte sobre la falta de direccionalidad del actual proceso educativo.
El jesuita Juan Cuquerella es director de Fe y Alegría del Perú, la ejemplar red de educación pública que desde 1966 brinda instrucción primaria y secundaria a miles de niños y jóvenes de los barrios urbano-marginales y de las zonas rurales empobrecidas del país. Los 67 colegios que en el 2007 tendrá Fe y Alegría en el país --4 de ellos son en realidad redes rurales que, a su vez, incluyen en total 98 pequeños centros educativos, algunos unidocentes- - constituyen una auténtica burbuja en cuanto a calidad y a resultados en el ámbito de la educación pública (es decir, la estatal y el resto del sector no privado). Sus 77 mil alumnos y 3.500 maestros representan alrededor del 1% del estudiantado del sector público y también aproximadamente el 1% del magisterio nacional. ¿Por qué con niños y jóvenes de la misma procedencia que el 99% restante y con maestros que ganan lo mismo que los estatales se obtiene, sin embargo, resultados tan distintos? En la siguiente entrevista, Cuquerella, maestro público por más de tres décadas, habla de este y otros temas relacionados con la crisis de la educación peruana.
Los colegios de Fe y Alegría están por encima del resto de planteles públicos en cuanto a resultados.
Es lo que dice la evaluación que nos hizo Apoyo en el año 2005, con las mismas pruebas que se hicieron a nivel de Unesco, en las que el Perú quedó tan mal y que Fujimori no publicó.
¿Qué mostraron los resultados?
Que estábamos muy por encima de todos los colegios estatales y en el medio superior de los colegios públicos. Sin embargo, para nosotros esa evaluación de contenidos, si bien nos indica por dónde andamos, nos dice muy poco de cosas que para nosotros son también importantes, como por ejemplo qué pasa con nuestros alumnos en cuanto a su inserción como ciudadanos.

¿Cómo se puede enunciar la meta educativa de Fe y Alegría?
Lo que más nos importa es que el muchacho o la muchacha, cuando termine quinto de media, sea capaz y tenga fuerza dentro de sí para poder leer su realidad, leer la pobreza, saber de dónde viene esta y qué es lo que puede hacer desde la sociedad, con su capacidad personal, para transformar eso. Ese es para nosotros el éxito de nuestra educación. Por supuesto que eso significa, además, que sepa leer, que sepa escribir, que sepa números, pues, si no, no tendrá ningún poder.
Una combinación de conocimientos y de actitudes.
La educación no es sólo una serie de conocimientos. Es hacer que las personas crezcan y tengan capacidad de juicio, que tengan instrumentos para juzgar, que sepan aprender, que sepan desarrollarse ellas mismas como personas, que tengan criterios de juicio, que sean capaces de valorar las cosas, de actuar conforme a la organización. Y creo que en eso no estamos tan mal en el Perú.

¿No es nuestra escuela una de las peores del continente?
Nuestra escuela es mala, no transmite conocimientos. Pero habría que intentar hacer más evaluaciones de los procesos educativos, pues eso es más lo que nos interesa. Los jóvenes que han ido saliendo de la escuela peruana son jóvenes con mucho emprendimiento.
Pero con grandes desventajas por el lado de los conocimientos.
El otro día conversaba con Antonio Brack, y la estadística que él tiene del joven peruano muestra otras aristas. Es emprendedor, un joven constante, un joven con capacidad de propuesta, con optimismo en su futuro. No es un joven desesperado. Eso también se ha conseguido en la escuela.
Como también los problemas de ciudadanía.
Por supuesto que hay muchísimas cosas y actitudes que son malas. También es un joven militarista y poco dialogante. Por eso, como sociedad, no somos capaces de aceptar al otro. No tenemos más que ver hacia nuestro mundo político, donde solo existe lo bueno y lo malo, el blanco y el negro, sin capacidad de diálogo. Para mí, estas sí que son dificultades serias de la educación peruana. En otras palabras, la educación peruana no solo es mala o está en crisis porque no enseña contenidos.. .
Porque no enseña a leer y a comprender.. .
Eso es sin duda muy importante. Pero muchísimo más importante es generar personas con capacidad de crecimiento, con capacidad personal y con capacidades éticas.

¿Por qué se logra eso en Fe y Alegría y no en las demás escuelas públicas, si los maestros ganan lo mismo y los alumnos son los mismos?
Nuestra educación es mejor y nuestros centros educativos son mejores porque tenemos mejor diseñada la propuesta educativa y porque tenemos involucrados a los maestros en esa propuesta, y ellos están convencidos. Nosotros pensamos que la educación es un sistema de cambio social y eso es lo que nos hace trabajar. Eso se lo transmitimos a los profesores. Es parte de nuestra formación.

¿Por qué no ocurre eso en el resto de profesores de la educación pública?
Tendrías que ser Teresa de Calcuta para entusiasmarte con un proceso educativo completamente burocratizado, castigador, en el cual el maestro está muy mal visto, muy mal pagado, de modo que su autoestima está por los suelos. Uno de los elementos más importantes para que Fe y Alegría pueda ofrecer una educación mejor es su capacidad para dar una direccionalidad y entusiasmar a gente con el proyecto. En el país, en este momento, no hay ningún proyecto nacional de educación y, por lo tanto, no hay ningún profesor que se entusiasme.

¿Por qué no ha habido esa direccionalidad?
Porque tenemos un Estado completamente anárquico. Cada vez que ha cambiado el gobierno, ha cambiado la direccionalidad del país. Esto hace que los educadores públicos no tengan una meta común, no tengan propuesta. Es lo que quiere enmendar el Proyecto Educativo Nacional (PEN).

¿Está mejorando este panorama?
Se han dado los primeros pasos, pero no en términos de Estado, sino en términos de sociedad.

¿A partir de cuándo?
A partir de los últimos años, cuando tocamos fondo, cuando nos dimos cuenta de que el panorama era horrible, que fue al final de la época de Fujimori, cuando, en 1998, no se quisieron publicar los resultados de las evaluaciones. Y después, en el 2001, cuando todo eso se destapó y empezamos a tener conciencia de la corrupción, de los 'vladivideos' , y de que nuestra educación y nuestra sociedad eran un desastre, y de que todo eso era también fabricado en nuestras escuelas. Entonces empezamos a plantearnos: "¿Y eso por qué?".

¿No existía antes esa misma preocupación?
La novedad es que se genera un vasto movimiento de instituciones, de foros, de intelectuales. También en los medios de comunicación se publica muchísimo. Se comienza a ver la forma de revertir todo eso. Es así como se da la última ley der educación, la del 2004. Es también así como se gesta el Proyecto Educativo Nacional. Es decir, de alguna manera todos nos hemos dicho: “Esto no tiene por qué ser así”.

¿Por qué es tan importante este PEN, que el gobierno hizo suyo el 5 de enero?
El PEN es una visión de la educación nacional para el 2001, es un sueño común que deberíamos tener todos los peruanos. Significa contar con un marco en el cual movernos. Significa decir: “El año 20021 queremos tener el país así; para eso vamos a dar estos pasos”. Y son seis objetivos estratégicos, cada uno con sus metas.

¿Cree que el gobierno siga esos pasos?
Yo creo que si el gobierno de turno --y aquí está bien dicho lo de turno--, si el gobierno que sale, cualquiera qu e sea, es capaz de asumir el movimiento social con la educación, tendremos resultados. En cambio, si seguimos empeñados en políticas inmediatistas, concentrados solo en hacer que la escuelita funcione mejor, o en que esté mejor pintada, o en que no se caiga, o en que haya menos corrupción, seguiremos igual.

¿Hay lugar para el optimismo?
Ha habido un cambio en el nivel de la sociedad civil, pero no veo lo mismo en el Estado. El Estado todavía no se ha comprado el pleito. Ha hecho suyo el PEN, pero todavía no hay una política que convierta todo eso en una realidad.
En estos días los peruanos creen que sí hay cambios en la educación.Las acciones concretas del Estado son, por ejemplo, decir: "El profesor es un elemento importantísimo, lo vamos a evaluar y lo vamos a cambiar y lo vamos a hacer mejor". Yo pienso que el camino para hacer que un profesor se involucre en la tarea educativa es entusiasmarlo con esa tarea. No es castigarlo porque no sabe. Ese es el paso que no se ha dado.

¿No se debió hacer la evaluación?
Ha sido una evaluación hecha en 20 días y cambiada en dos semanas. Cualquier universidad a la que se le pide que prepare una evaluación exige por lo menos un año para hacerlo. La evaluación ha sido un instrumento político para decirles a los maestros: "Ustedes no van a imponer la línea". Eso me parece muy bien, pero va a traer más dificultades.

¿No hay atisbos de direccionalidad?
Direccionalidad es saber hacia dónde vamos y que caminemos todos juntos. Es ejercer el liderazgo social. Eso no existe en el Perú. Seguimos pensando que el líder es el teniente coronel del Ejército, que de él emanan las decisiones y que todos vamos detrás, y que el que se desvía, fuera.
Pero al gobierno se le reconocen avances en el tema educativo. ¿No está de acuerdo?
No. Para los medios, la educación está en el candelero. ¿Pero qué es lo que está en el candelero? No está la falta de direccionalidad, no está que nuestras instituciones educativas están cerradas y restringidas por un aparato estatal obsoleto, corrupto y burocrático. De eso no se habla. De lo único que se habla es de que el maestro es el gran culpable.

¿Qué tendría que hacer el gobierno?
En primer lugar, hacer positivo lo que pone en negativo. Es decir, tenemos un proyecto, el PEN, lo hemos construido entre todos: intentemos ponerlo en marcha. Eso no pasa por una hora más de clases --que además es casi imposible en todos los planteles del país, por los turnos--, no pasa por una evaluación a los maestros mal hecha, rápido y pronto, no pasa por una confrontación con la dirigencia del Sutep. Por ahí podrá pasar tu capacidad política frente al sindicato, pero no tu capacidad de direccionalidad del proceso educativo.

¿Cree que el ministro Chang puede asumir este gran reto?
Sí, pues no es cuestión de personas, sino de Estado. Mi duda es si el Estado lo va a asumir. Por lo que veo, este gobierno se encuentra con el manejo del Estado sin esperarlo.
Yo he leído los planes educativos de todos los partidos, y el plan de educación del Apra, que he estado releyendo, no tiene nada que ver con lo que están hablando ahora. Nada. Entonces.<>

¿Está improvisando?
Este gobierno se ha encontrado con un Estado que no esperaba encontrarse y entonces lo primero que quiere hacer es amarrar sus temas, y que estos resuenen. Pero de ahí a que haya políticas de gobierno y de Estado en los distintos ministerios, no lo veo. Por eso me llama la atención que se haya recibido el Proyecto Educativo Nacional y que se haya presentado al Parlamento, esta semana, la ley del profesorado.
Hay, entonces, movimientos en dos direcciones.
Habrá que esperar a ver qué pasa y qué fuerza va a ganar en la sucesión de las acciones concretas. Es decir, cuánto de lo que se ejecute va a destruir los planes de largo plazo y cuánto de los planes de largo plazo va a dar vida a estos objetivos más inmediatos.

LA FICHA
Nombre: Juan Enrique Cuquerella Cayuela S.J.Nacimiento: Valencia (España), 5 de junio de 1940.Formación: Estudios clásicos en la escuela jesuita que hoy es la Universidad Antonio Ruiz de Montoya de Lima, Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, Teología en la Universidad de Comilla (España) y Educación en la Escuela Normal Miguel Grau de Piura. Se ordenó sacerdote jesuita en Piura, en 1971.Trayectoria: Desde los 19 años ha servido en diversos centros educativos jesuitas del Perú, como el colegio San Ignacio de Loyola de Piura y el Instituto Mecánico Agrícola de la misma ciudad, así como en la selva y en el Cusco. Desde 1998 es director nacional de Fe y Alegría.

José Rouillon Delgado
peruforopaulofreire@yahoo.es
20 febrero 2007

1 comentario:

eliza dijo...

Me parece muy acertadas las opiniones del derector del coegio "Fe y Alegria" comparto con muchas de ellas; sobre todo con el termino direccionalidad que me parece muy importante trabajar en ello y tambien con el entusiasmo y el compromiso de todo profesor con su labor diaria.