6.2.07

Cuidar el PEN:Entre la propuesta, su lectura y las decisiones - Luis Saravia

Los riesgos de “gastar las palabras y cambiarles su significado”, en una coyuntura que tiene mucho del fenómeno del Niño y las turbulencias de las ambiciones político partidarias. Viene ocurriendo con mucha frecuencia en estos 31 días de enero que en educación se puede pontificar, tomar decisiones, y “jugar” alrededor de la educación del país. No es bueno referirse a lo que todos sabemos y presenciamos, pero sí debemos ir sacando conclusiones. De presidente hasta alumnos imberbes quieren opinar sobre educación y la política que la promueve, sin embargo pocos saben en profundidad de qué se trata. Durante tres años, un grupo de intelectuales, docentes, académicos reunidos en el denominado Consejo Nacional de Educación trabajaron un documento que se llamó Proyecto Educativo Nacional (PEN), luego utilizando diversas metodologías fueron consultando en las regiones sobre la propuestay solicitando opinión y recomendaciones para discutirlas y por consenso incorporarlas al texto. Todo ello se hizo por mandato del artículo 81 de la Ley General de la Educación del Perú, tomando como base las políticas acordadas en el Acuerdo de Gobernabilidad del Foro del Acuerdo Nacional. Con este marco de manera democrática y participativamente se fue construyendo esta propuesta. El PEN ha sido asumido por el gobierno como política de Estado, sin embargo desde que ocurrió dicha ceremonia de asunción poco se hace referencia a suc ontenido. Por el contrario, se trata de glosar alguna idea, pero no se asume con liderazgo su contenido. El tema de la coyuntura ha sido la evaluación docente, sin embargo a ésta se la ve como desmembrada del todo que es el PEN que implica revolucionar todo el sistema educativo nacional. El tema de la evaluación docente forma partede un capítulo del PEN y desde una perspectiva del desempeño profesional. Verlo parcialmente y querer realizar un “shock” en los docentes, es no conocer el PEN. Medidas aisladas que requieren un eje articulador vienensiendo promocionadas: municipalización, una hora de clase en secundaria, proyecto de carrera docente, meritocracia y evaluación permanente en la promoción laboral del docente, decretos de urgencia, licencias sindicales, obligatoriedad de la evaluación docente, modificación del Reglamento Generalde los ISP e IS Públicos y Privados, etc. nos dicen a las claras que se vienen dando para contentar a la “afición”, y no se encara seriamente el problema del sistema educativo nacional. Menos palabras y más medidas que tengan un correlato en la reestructuración del Estado, del sector educación. Las modificaciones que se quieren hacer al sector naufragarán si no existe un eje articulador que debe ser el PEN y su aplicación estratégica y si no existe voluntad política de modernizar la gestión del Ministerio de Educación. Su actual estructura se adecúa sólo en nombre y no en el espíritu y contenido a la nueva Ley de Educación. Estamos a un mes de iniciar el año escolar y no se aplica aquello que las Direcciones Regionales deberán fijar el calendario, garantizando el número de horas lectivas que deban recibir los alumnos. En el discurso se olvidan las autoridades que somos una sociedad pluricultural y bilingüe y que debemos preocuparnos siempre de que sólo se piense y gobierne para la capital. Los cambios que se realicen en educación deben responder al contenido del PEN. Ahora no existen disculpas. Debemos pedir coherencia y sugerir a los medios de comunicación que cultiven el estilo crítico de las medidas que se dan. La democracia, la equidad, la interculturalidad, el enfoque de género, la inclusión, la calidad y otras palabras tienen significado sustantivo y no adjetivo cuando de educación se trata. No olvidemos eso versos hermosos de Mario Benedetti en esta cruzada por mejorar la calidad de la educación del país:
No me gaste las palabras
No cambie el significado
Mire que lo que yo quiero
Lo tengo bastante claro.
01,02,2007
Lima, Perú

1 comentario:

Paco Martínez dijo...

La evaluación docente debería constituir el propio eje articulador del sistema educativo. Debido a que en los sistemas modernos de educación confluyen una enorme cantidad de planos; sociales, económico, poliíticos, etc. Para que la evaluación docente pudiese trasfigurarse en un eje articulador debería poseer un enfoque ecológico o sistémico, y tener varias dimensiones evaluadoras:

1. La evaluación del propio sistema a nivel nacional o estatal realizado por investigadores educativos.
2. La evaluación externa realizada por alguna institución no gubernamental (expertos o miembros distinguidos de la sociedad civil).
3. La evaluación realizada por los sectores de coordinación educativa (supervisores o jefes de sector)
4. La evaluación por pares realizada por maestros a otros maestros
5. La evaluación realizada por organizaciones o grupos de la sociedad civil (asociaciones de familias, ciudadanos, etc.)

El gran reto consiste no en la realización de tales empresas, sino construir un lenguaje común sobre lo que se evalúa (valora) para impulsar y proteger a la reflexión y discusión para buscar soluciones conjuntas.